5º Domingo de Cuaresma B
A medida que nos acercamos a la Semana Santa, las escrituras nos llaman a contemplar no solo la muerte de Jesús, sino también su significado transformador. A través del relato del evangelio de Juan, somos testigos de la solicitud de algunos griegos que desean ver a Jesús, lo que desencadena una profunda reflexión de Cristo sobre la hora de su glorificación. Este momento emblemático no solo anticipa su muerte y resurrección, sino que también destaca la importancia de la entrega y el desprendimiento. Jesús, al compararse con el grano de trigo que debe morir para producir fruto, nos enseña que el verdadero valor de la vida reside no en aferrarse egoístamente a ella, sino en estar dispuestos a perderla por amor y fidelidad a Dios. Este acto de amor supremo y entrega total es el fundamento de la nueva alianza que Dios establece con la humanidad, una alianza basada no en leyes externas, sino escrita en los corazones, prometiendo un pacto indestructible de amor y misericordia.
Que esta cuaresma sea un tiempo para renovar nuestra fe y compromiso, permitiendo que la historia de amor y redención de Jesús moldee nuestras vidas y nos prepare para acoger el misterio pascual con corazones abiertos y esperanzados.